La mayoría de los estudios sobre envejecimiento se encuentran enfocados sobre la presión arterial (PA). Pasados los 60 años, se observa una disminución sustancial de la presión diastólica así como un aumento en la presión sistólica, consecuencia de un incremento progresivo de la rigidez arterial. Esta pérdida de elasticidad, se refleja de manera directa en el incremento de la velocidad de propagación de las ondas pulsátiles de PA a lo largo de los conductos arteriales. Debe prestarse especial atención en que la medición del valor pulsátil de PA efectuada en sitios distales al músculo cardíaco (arterias braquial o femoral) “sobreestima” el valor presente a la salida del ventrículo izquierdo (presión central, PC), como consecuencia del incremento progresivo de RA desde la aorta hacia las arterias periféricas. La hemodinamica del envejecimiento será estudiada mediante la medición no invasiva mediante sistema vestibles (Wereable system) así como por modelos computacionales. Desde ya hace algunos años el Uruguay se ha caracterizado por tener un aumento en la población madura demográficamente, en los últimos 50 años el porcentaje de población mayor a 65 años se ha casi duplicado, y es un sector que sigue en crecimiento. Esta porción de la población es la que más recursos clínicos demanda, y de este ritmo continuar, los centros de salud podrían no cubrir semejante demanda, sin contar el encarecimiento económico que esto produciría. El monitoreo de variables tales como el ritmo cardíaco, presión arterial, gasto cardíaco, oxigenación sanguínea, son prácticas que podrían prevenir consecuencias graves como accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, insuficiencias cardíacas/renales y aneurismas arteriales, permitiendo así el ahorro en recursos clínicos y económicos, y sobretodo la mejora en la calidad de vida de las personas.